El american staffordshire terrier, un perro protector, siempre alerta y un excelente atleta que requiere amos responsables

American staffordshire terrier o amstaff.
American staffordshire terrier o amstaff.
20minutos
American staffordshire terrier o amstaff.

Según el American Kennel Club (AKC) donde se recoge con detalle el origen del amstaff, cuando se prohibieron en Inglaterra las peleas de perros contra osos y toros que mencionábamos en la ficha del APBT, las razas de tipo bull utilizadas para este terrible deporte se orientaron hacia la pelea entre sí. Esta práctica, igualmente terrible y que desgraciadamente aún se lleva a cabo de forma ilegal y clandestina en España, contaba con gran popularidad en el siglo XIX e inicios del XX en Estados Unidos. La llegada de estos perros junto a los ingleses e irlandeses que huían de La Gran Hambruna, con características similares entre sí pero cuyos nombres llevaban a la confusión porque aún no se habían dividido en razas individuales (entraban todas dentro del genérico término 'bulls y terriers'), derivó en que los norteamericanos iniciaran su propia cría y selección genética, creando, así, el perro que es nuestro protagonista hoy y raza reconocida oficialmente desde 1936. Los ingleses, por su parte, también desarrollaban en su país una selección genética propia, dando origen al staffordshire bull terrier, o staffy.

Aunque para ojos poco entrenados puede ser difícil distinguir al staffordshire bull terrier, el american pit bull terrier y el american staffordshire terrier entre sí, lo cierto es que a lo largo de las décadas la selección reproductora ha distanciado a estas razas con diferencias tanto físicas como de conducta.

Hoy por hoy, hace casi un siglo que estas razas se separaron de una rama común.

Una raza llena de coraje, agilidad y amigable 

Sabemos que el origen de estas razas para pelea resulta polémico y están rodeadas de mitos y falsas verdades, pero la realidad, por irónica e impactante que resulte, es que dentro de la selección de una apariencia fuerte, musculosa y resistente, también se examinaba que fueran confiados y sociables con los seres humanos, o de lo contrario, los propios implicados en la cría y práctica de estas actividades tan violentas, corrían el riesgo de que se volvieran contra ellos. De hecho, y de acuerdo con las reglas que existían en el foso de pelea, cualquier perro que se revolviera hacia un humano, fuera su dueño, el del oponente o el árbitro, era inmediatamente descalificado y por lo general sacrificados como inservibles, a menudo en el acto.

El amstaff, tras llegar a Estados Unidos y cuando las peleas de perros también se prohibieron en dicho país, se utilizaron para defender las fronteras, pastorear ganado e incluso como compañeros de caza. Su fama de ser perros extremadamente pendientes de su guía, de mostrar una actitud de alerta permanente y poseer una gran agilidad, es proverbial.

Pese a esta buena predisposición que muestran como compañeros caninos tanto en el ámbito de trabajo como perro de hogar, ya dejada atrás su cruel utilidad originaria, no nos cansaremos de repetir que son razas que requieren conocimiento sobre los perros y guías que puedan satisfacer las exigentes demandas de ejercicio físico, educación y estimulación ambiental que requieren.

Las razas de moda y las pruebas de ADN 

Debido a que es otra raza que ha pasado por una demanda masiva y descontrolada por su popularidad, y fuera del circuito de criadores profesionales, han generado graves problemas de salud hereditarios como la ataxia cerebelosa, que es una enfermedad neurológica, y las displasias de cadera y codo. Enfermedades que se han incrementado a lo largo de estos años por cruzar ejemplares afectados sin pruebas de salud. Por ello, siempre recomendaremos acudir a clubs oficiales regulados por asociaciones caninas de ámbito internacional que controlan mediante pruebas de ADN que la salud de sus reproductores es apta para no transmitir enfermedades hereditarias con fatídicos resultados. 

En este caso, para ampliar información sobre los amstaff o contactar con un criador oficial, se puede acudir al Club Español del American Staffordshire Terrier (CEAST), o bien adoptar a uno desde grupos de difusión como PPP en adopción, y donde nos presentan a Paulita, esta cruce de amstaff que se encuentra en Santiago de Compostela.

Vanessa M. Clavijo
Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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